¿Qué frena a Cajamarca, la región más rica en minerales del Perú?

¿Qué frena a Cajamarca, la región más rica en minerales del Perú?

Cajamarca, una tierra de montañas, historia y riqueza mineral, enfrenta una paradoja que se ha vuelto símbolo de un país que no logra convertir su potencial en desarrollo.

A más de veinte años del auge minero peruano, esta región del norte sigue encabezando la lista de las más pobres del país. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 44,5% de su población —más de 680 mil personas— vive en situación de pobreza.

La paradoja del oro y la pobreza

Cajamarca es una de las zonas con mayores reservas de oro y cobre, pero su riqueza no se ha traducido en bienestar. La respuesta no está en el mineral, sino en la gestión pública, la desconfianza social y la falta de visión técnica.

Durante más de dos décadas, decisiones políticas erradas y una gestión pública débil frenaron proyectos clave, incluyendo inversiones que superaban los US$ 4,800 millones.

El rechazo ideológico hacia la inversión privada generó incertidumbre, fuga de capitales y pérdida de empleos formales.

El resultado: una región desconectada del progreso nacional, con baja recaudación fiscal y escasas obras básicas.

Mientras el mundo avanzaba hacia una minería moderna y responsable, Cajamarca quedó atrapada en un discurso de desconfianza que, aunque legítimo en su origen, terminó paralizando su desarrollo.

El problema no fue la minería, sino la ausencia de liderazgo y planificación para aprovechar sus beneficios.

El contraste con Ica

Desde el año 2004 es uno de los departamentos peruanos con la menor incidencia de probreza monetaria. 

A casi mil kilómetros al sur, Ica representa la otra cara de la historia. Hoy es la región menos pobre del Perú, con una economía que combina agricultura, turismo, industria y minería formal.

En su territorio operan 17 empresas mineras activas, que ocupan apenas el 3,55% de su extensión, pero generan empleo, inversión y recursos fiscales que se traducen en carreteras, colegios y hospitales.

Ica demuestra que la minería bien gestionada puede convivir con otros sectores productivos, impulsando un modelo de desarrollo sostenible y equilibrado.

La diferencia con Cajamarca no está en la cantidad de minerales, sino en cómo se gobiernan los recursos y se construye confianza con la población.

Cajamarca tiene la oportunidad en sus manos

Cajamarca sigue siendo una potencia, puesto que en su territorio se concentran proyectos de clase mundial como Michiquillay, El Galeno, La Granja y Yanacocha Sulfuros, capaces de reactivar la economía regional, generar miles de empleos y mejorar los ingresos fiscales.

Sin embargo, el desarrollo no llegará solo con perforadoras o inversiones, requiere reconstruir la confianza ciudadana, transparentar la información ambiental y asegurar que los beneficios sean tangibles para la población.